Una entrevista de selección siempre es un proceso delicado e importante, no solo para el candidato, también para el entrevistador. El primero está optando a un puesto, el cual se sobreentiende es de su interés, y el segundo debe lograr seleccionar a la persona más adecuada al puesto, descubriendo sus fortalezas y también detectando las debilidades, siendo un radar del talento, pues al final todo puesto tiene un impacto en los resultados de la empresa. Desde el becario hasta el máximo directivo de la compañía son relevantes para convertirse en una empresa competitiva. Pero además el entrevistador debe generar una imagen positiva de la empresa en el candidato, para que en último término este se sienta atraído a trabajar en la misma y si no es seleccionado se lleve una buena impresión, convirtiéndose en prescriptor de la empresa. El mejor marketing es el boca a boca, mucho más que algunos costosos anuncios televisados.
Aunque son la excepción, en algunas entrevistas se comenten errores importantes, por ejemplo a la hora de formular preguntas que son irrelevantes, pueden ser percibidas como agresivas o son directamente contrarias a la legislación actual. Utilizando como fuente el libro “Elija al mejor, cómo entrevistar por competencias, de Martha Alicia Alles”, quiero resumir algunas de esas preguntas que nunca se deberían hacer en una entrevista:
Son solo un ejemplo. ¿Qué te parecen? ¿Se te ocurren otras?…Una buena pauta a seguir sería no preguntes aquello que te ofendería que te preguntarán.
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